Por una cultura de acceso a la informaciónpor IVÁN GONZÁLEZ GUADARRAMA
— Las palabras de Verónica Gascón ratifican lo que de oídas es del dominio público: “hay muchos intereses políticos, muchos grupos quieren frecuencias de televisión”, de donde sedesprende la pregunta: ¿hasta dónde la transparencia es exitosa en medio de esas camarillas? —— “En este tema que es emblemático hay
opacidad”, refiere Verónica sobre
las telecomunicaciones —
— La postura mediocrática se parece
a lo que sucede con el truco, juego de
barajas en Sudamérica, donde el
ganador puede serlo lícitamente, pero
también por medio del engaño, y es así
como el triunfo le sabe mejor —
Durante 70 años y algunos más México vivió un apagón de
acceso a la información pública la cual era controlada por el puño apretado de los poderosos. En la historia de corto plazo, es de última noticia que el
Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) propicie la cultura de la transparencia.
Aparece durante el
sexenio foxista como un fósforo en medio del oscuro. Y ahora pervive en el régimen de
Felipe Calderón. Este organismo ha venido a convertirse en una lija del régimen político acumulado que le antecede, aquél de cosmético y careta en materia de
accountability, para que éste se acerque a la
claridad y confianza en la sociedad. ¿Pero es posible a medias?
Los
grupos de mayor poder ocultan, mienten o evaden. El caso en particular es el de las
telecomunicaciones. No es ningún secreto que el
duopolio televisivo en México marque su estilo en los medios y en la política, por citar un ejemplo.
Tampoco es un secreto que la postura mediocrática se parezca a lo que sucede con el
truco, juego de barajas en Sudamérica, donde el ganador puede serlo lícitamente, pero también por medio del engaño, y es así como el triunfo le sabe mejor. También a las televisoras.
El
IFAI marca en la
Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental (LFTAIPG) un rubro sobre qué son
datos reservados y confidenciales. Posiblemente se trata del apartado donde las telecomunicaciones han encontrado la argumentación para dar rodeos a las exigencias públicas de transparentar. Y
Verónica Gascón es conciente de ello. Ese capítulo es
“muy elástico”, comenta.
Ella es periodista de negocios. Hace 3 años que trabaja en
Reforma. Anteriormente en
El Universal y un momento en
El Imparcial. Su enfoque presente es hacia las telecomunicaciones, terreno espinoso y hermético. Prueba de ello es que en la primera semana de abril del año en curso los títulos de sus notas contengan los siguientes elementos:
planear-licitación, investigar-títulos, apoyar-licitación, reprobar-duopolio, negar-revisión. Relaciones que implican investigaciones precisas. De igual modo, transparencia.
Las primeras experienciasVerónica ha usado en ocasiones la
LFTAIPG para informar. “La verdad es una herramienta que se utiliza poco. La he utilizado 3 veces y sólo en una ocasión he conseguido lo que he pedido”. Completa: “debería usarla más”. Pero sus razones para no extenderse se fundamentan en las gibas y glorietas que recibe como respuestas para conseguir información concreta.
Los temas ameritan la cautela del poder. Uno fue sobre la modificación a la
Ley de Radio y Televisión seguido de la coyuntura de la
convergencia mediática y los servicios de video de Telmex y, finalmente,
información reservada por la Cofetel.
“Tardaron como 2 meses (en darme la información) y el documento finalmente salió pero fue porque la Suprema Corte de Justicia le exigió a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y así se dio a conocer el dictamen técnico”, cuenta sobre el entorno de Radio y Televisión.
Alarga: “(la información) se publicó en
Reforma y
El Universal (y sólo) días después la recibí” lo que involucra una instrumentación amplia de inteligencia cerrada que existe para controlar la datos sobre telecomunicaciones.
Por otra parte, a Verónica un funcionario de telefonía le dijo, “ya se aceptó el cambio (de video para Telmex)”, como si sus palabras fueran creíbles sin comprobación. Le sugirió, entonces, consultar por transparencia. No obstante a pesar de ser un
derecho público de información pública el hecho de publicar la información no se cumplió con cabalidad.Hacer la petición al
IFAI requiere ser preciso en lo que pides, cuenta Verónica. La información que solicitas también se puede apelar en el caso de no tener una respuesta que consideres conveniente.
Lo que al parecer sucede es que en las telecomunicaciones la información pública surge en tiempo diferido. “Estamos acostumbrados a lo inmediato”, postula Verónica sobre el ejercicio periodístico, lo que posterga la transparencia en tiempo real.
El caso recienteSobre el tercer tema publicó en febrero de este año la nota titulada
RESERVA COFETEL LA INFORMACIÓN DE LICITACIÓN TV donde la Comisión Federal de Telecomunicaciones se ampara en el
artículo 14 de la LFTAIPG.
Este tiene razones concretas, pero resalta la
fracción V que puntualiza: “los procedimientos de responsabilidad de los servidores públicos, en tanto no se haya dictado la resolución administrativa o jurisdiccional definitiva”, lo que deja rastros de poder pedir perdón en cambio de pedir permiso. Y, sin embargo, la transparencia es pugnada por diferentes actores (
véase nota).
Cuando Verónica necesita recopilar información apela a una búsqueda constante. “Hay muchos intereses políticos, muchos grupos quieren frecuencias de televisión”, narra. Y aunque acude al ámbito de la
COFETEL, éste es “hermético”, y funciona como una cortina de humo para reproducir la vista gorda que emana de opacidad sobre el tema.
“Es obligatorio darle seguimiento”, plantea a propósito de esos temas que parecen quedar no tan claros. Por ello enaltece la importancia del monitoreo de la noticia y la regulación por el periodismo lo que, acaso, es el preámbulo o la parte blanda del enforcement.
Verónica afirma que el tema de la transparencia es interesante para varios. No es la única que solicitó información sobre el tema de las licitaciones de Cofetel. Existen
5 peticiones más, independientes entre sí, lo que da lugar a un espacio donde el diálogo y el exigir respuestas a preguntas incómodas ya es posible, no obstante, ¿hasta cuándo el poder político podrá verse empatado por medio de la
accountability horizontal y vertical?
La certeza es, como dice Verónica, que “entre más transparente más reduces la suspicacia”.